LO VIEJO Y LO NUEVO
Jesús les preguntó:-¿Habéis entendido todo esto?-Sí -Le respondieron. Y Él les siguió diciendo:-Por eso es por lo que todos los escribas que hayan recibido enseñanza acerca del Reino del Cielo serán como padres de familia que sacan de sus alacenas cosas nuevas y cosas antiguas.
Mateo 13:51-52
Que importante es para Jesús que podamos entender sus palabras. Que el esfuerzo empleado por el oír este alineado con el de entender. No solamente lo intelectual y espiritual de las Escrituras, sino toda manera por medio de la cual él se comunique con nosotros y nos enseñe.
Cristo acababa de enseñar sobre el Reino de Dios mediante parábolas y necesitó la confirmación de que estaban entendiendo lo nuevo que les daba. Ellos respondieron que sí, o al menos algo entendían. Eso era suficiente para él.
¿Puedes darte cuenta de cuanto le importa a nuestro Maestro comprobar que hay crecimiento de vida en nosotros al ser enseñados? Para el Espíritu Santo es fundamental ver frutos de su trabajo de guía a las verdades de Dios. Ese fruto es de vida.
A la vez, también le interesa que seamos buenos acumuladores. Que nuestro lugar de acumulo este lleno de cosas viejas y nuevas. Fíjate que no dice cosas buenas y malas, como solemos catalogar las enseñanzas y experiencias de vida, sino de viejas y nuevas.
Como dice el doctor William Barclay: "Lo que Jesús estaba diciendo de hecho era: «Vosotros podéis entender porque vinisteis a Mí con una herencia preciosa. Trajisteis toda la enseñanza de la Ley y de los Profetas. Un escriba viene a mí después de toda una vida de estudio de la Ley y de los mandamientos. Ese trasfondo os ayuda a entender. Pero después de recibir Mi enseñanza tenéis el conocimiento, no sólo de las cosas que sabíais antes, sino también de otras de las que no teníais noticias, y el conocimiento que teníais antes se os ilumina ahora con lo que Yo os he enseñado.»
Entonces, observemos como Jesús no rechaza lo viejo para implantar lo nuevo como es nuestra costumbre. Para él, todo lo acumulado a lo largo de nuestra experiencia de vida, en todos los sentidos, tanto profesional, emocional, como capacidades o dones, son valiosos y no por viejo desechables.
Aquí hay algo muy sugestivo: porque quiere decir que Jesús nunca quiso ni pretendió que nadie olvidara todo lo que supiera antes de venir a Él, sino que lo viera en una nueva luz y lo usara en una nueva proyección de servicio. Cuando nos sucede eso, lo que sabíamos antes se convierte en un tesoro mayor del que había sido nunca.
Cualquier enseñado por la corriente de pensamiento actual de desechar lo viejo y revalorizar lo nuevo hubiera aconsejado a los discípulos a dejar atrás todo lo aprendido en el judaísmo, pero no aconseja así Cristo. Para él es de gran utilidad todo lo vivido.
Piensa en ti. ¿Cuanta experiencia y sabiduría se acumulo en tu persona por lo viejo vivido, aprendido y acumulado? Vuelvo a repetir, no hablo de experiencias buenas y malas porque ambas nos ayudan para bien si amamos a Dios y nos encarrilamos en su propósito. Sino de la importancia de la vida atesorada como escriba docto en el reino de los cielos que entiende que todo maestro debe ser alumno. No es posible ser obrero eficaz sin ser alumno eficaz en todo lo que Dios nos enseñe mediante la experiencia de vivir.
Es malo cerrarse a lo viejo tanto como a lo nuevo.
¿Habría algo nuevo para los judíos en Jesús? ¿Habría verdades nuevas para los judíos en sus palabras? Si lo había. Pero ellos no creían en "cosas nuevas". Esto fue el grande error de los judíos. Decidieron rechazar esto nuevo de Dios que no era nada menos que el cumplimiento de lo viejo tan esperado. Jesús traía "cosas nuevas". El evangelio era nuevo. El reino era nuevo. Estaba llegando una nueva dispensación. Jesús era el mediador de un nuevo testamento. Ahora había nuevas promesas, pero sus corazones, razón y entendimiento no querían aceptar y acumular esto nuevo.
Constantemente hay algo nuevo del Espíritu para su Iglesia tanto como para ti. No rechaces por novedoso sino comprueba su veracidad mediante Dios. Lo único que permanece para siempre es su Palabra.
Abre tus ojos y observa. Sé un discípulo enseñado en las cosas del Reino y saca de tu reserva lo viejo y lo nuevo para servir a Jesús con excelencia. Bendiciones.
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